Páginas

martes, 19 de julio de 2016

La triste realidad que intentan ocultar



¡Hola a todos!

Hoy voy a hablar de un tema muy duro que nos afecta directamente a las mujeres: el machismo.
Desgraciadamente ahora se está intentando degradar el feminismo, dándole significados distintos, denigrando nuestra lucha para hacernos creer que ya no hay que luchar más. Nos dicen que nos hacemos las víctimas. ¿Acaso no somos víctimas? 

Ayer mientras iba en el autobús dos hombres me miraban de arriba a abajo con una sonrisa lasciva, hablando de vez en cuando entre ellos. Yo intentaba mirar para otro lado. Es algo que suele pasar después de todo. Lo hemos normalizado. No nos importa que los hombres nos miren fijamente desnudándonos con la mirada porque es algo normal, al fin y al cabo estoy ahí, si me encuentra atractiva no es su culpa que no puedan resistir mirarme de esa manera, ¿verdad? Por lo menos en un autobús me siento incómoda pero segura. Si me los hubiera cruzado por la noche volviendo a casa sola se me hubieran puesto los vellos de punta. Cuántas veces se nos habrán acercado hombres, ya sea de día o de noche, diciéndonos lo guapas que somos, lo buena que estamos. Esto es algo normal, incluso deberíamos tomárnoslo como un cumplido, ¿verdad? 

Yo he llegado a tal punto que cuando voy a la ciudad no me pongo escote, porque cuando me lo pongo siempre están los babosos de turno que no van a dejar de mirar. Recuerdo que estando con mi novio un hombre me soltó que tenía unas buenas peras. Todo esto delante de él, y menos mal que él no lo escuchó. Hemos llegado a un punto en el que nos da miedo vestirnos como queremos. Nos da miedo que crean que por llevar una minifalda o llevar un escote queremos tener sexo con ellos y que ellos lo intenten e insistan, porque somos unas guarras que van provocando, no merecemos ningún respeto.

Cuántas veces me habrán llamado feminazi por haber expresado mi inseguridad en la calle al ser mujer. Cuántas veces habrán excusado a esos hombres que me miran fijamente diciendo que si me pongo escote es porque quiero que lo miren. Todo esto hombres y mujeres. Mujeres que dicen que a ellas no les ha pasado, están tan ciegas. Quizás sea porque las reacciones de los hombres de los que les he hablado les parece normal y no prestan atención. Y aún así, aunque a ella no les haya pasado, no quita que a la mayoría nos pase.

Una estrategia que utilizan ahora los machistas es comentar en la noticia de una mujer asesinada por su marido que por qué no publicaron la noticia del hombre que fue apunalado. Que por qué presuponemos que ha sido violencia machista. Que mientras que no se sepa nada el hombre es inocente y cuando es una violación sueltan ''pues tan inocente la nina no sería''. Ya sea consciente o inconscientemente, esta gente ayuda a que las mujeres maltratadas tengan miedo a denunciar. A que a las víctimas de violación tengan miedo a denunciar.

También está normalizada la violación cuando estamos borrachas. Porque nos dejamos, o porque al estar borrachas no nos damos cuenta de que no queremos y después nos arrepentimos. Sintiéndonos sucias por dentro. Una vez que mantengas una conversación con él si ha sido un "amigo'' de esos que se quejan de la famosa friendzone te dirán que en ese momento estabas dispuesta. ¡No! En ese momento no podía decidir lo que quería o no quería hacer! Pero esto es algo normal.

Yo soy una mujer de las que no se reprimen sexualmente, cuando me resulta atractivo un hombre no espero semanas, ni meses, ni años para acostarme con él. Si bien me hace falta conocerlo más para saber si me atrae o no, si tuviéramos una primera cita y me resultara irresistible no dudaría en tener sexo con él. Sin estar enamorada o estándolo. Y por esto me han llamado puta y guarra, y al principio del todo me hacía mucho daño, ya me da igual. Me da igual ''no tener dignidad''. Si no ser una reprimida sexual es ser una puta y una guarra entonces estoy orgullosa de ser una puta y una guarra. Pero sigo luchando para que algo como disfrutar del sexo siendo mujer sea normalizado. 

Recuerdo que tuve varios amigos que intentaban tirarme los tejos. Para mí el sexo no es un tabú. Para ellos cuando hablaba de sexo los estaba invitando a la cama y entonces cuando intentaban besarme o intentaban algo yo los rechazaba. ¿Y sabéis qué? Se enfadaban. Sí, ¡se enfadaban! Porque según ellos les lanzaba indirectas para llevármelos la cama. E incluso me han llegado a decir que si me he acostado con tal y con no sé quién que por qué no me acostaba con ellos. Yo elijo mis amantes. No te me vas a imponer como amante mío por el hecho de no ser una reprimida sexual. Por el hecho de ser una guarra a la que te quieres follar. Yo elijo lo que quiero hacer con mi cuerpo y con quién quiero hacerlo. Ya sea hombre o mujer. Ya me pueda yo acostar con todo el planeta que eso no te da derecho a imponerte como amante y mucho menos a enfadarte porque no me quiera acostar contigo. Porque ante todo, yo elijo. 

Y todo esto está normalizado. Todo esto es normal.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario